lunes, 23 de diciembre de 2013

2013.

Tan sólo falta una semana para que acabe el año 2013, un año en el que han habido momentos muy buenos y otros no tantos:

2013 empezó como deben empezar todos los años, con una buena fiesta; y acaba con la tensión propia de la llegada de los exámenes de la universidad. Y la verdad, es que en este año han pasado cosas que me han marcado y que ahora forman parte de mi (cumplir la mayoría de edad, ir a los bolos de Mariano Rojas, la universidad...) y otras que por desgracia han dejado de estar. En 2013 di mi último concierto con #BurnMyParadise, actué en el Teatro Circo con mi amada CSB, pasé la muerte de 2º de bachillerato y su correspondiente selectividad; fui capaz de graduarme e ir a hacer el examen de Cambridge de empalme, con algo de embriaguez, en traje y aprobar; pero sobre todo empecé un camino que ojalá que me conduzca a donde quiero llegar, ser periodista.

Por los amigos que han dejado de estar conmigo pero aunque estén a kilómetros los sigo queriendo, por los que ya no están ahí y por los que siguen y no se van, los que considero mis hermanos y amores. Los desengaños y esa experiencia que fue breve; mi gente de la universidad a los que a día de hoy considero como una gran familia en la que estoy  genial; la gente que he conocido a través de la música; las mañanas, tardes y casi noches con aquellos entrenamientos de Kayak-Polo...

2013 fue también un año duro físicamente hablando, pues mi pubalgia me ha tenido sufriendo durante 15 meses, 6 de ellos en el fisio. Sin embargo, la lesión ha hecho que pasase momentos muy divertidos, especialmente con mi fisio de la playa.

El Bando-Tower, la Xairo, Mojacar, mi graduación, las novatadas de la universidad... momentos de este 2013 que se acaba pero que ha sido un muy buen año. Ojalá que en 2014 mi gente siga conmigo y pueda conocer a tanta gente como ya ha pasado.

Felices fiestas y feliz año!

domingo, 8 de diciembre de 2013

Va por ti "Chava".

Desde 2004-2005 soy un ferviente seguidor del ciclismo en ruta. Horas y horas delante del televisor viendo Tours de Francia, Vueltas a España, Clásicas, Giros... etapas de seis horas de duración de principio a fin y siempre disfrutándolo. De hecho, siempre que cojo la bici me gusta picarme con cualquiera que se me cruce por el simple hecho de sentir la sensación del ciclista. Si nos ponemos a hablar de ciclistas tenemos que hablar del Chava Jiménez. Puede que siendo más niño, quizás le haya visto ascender los puertos tal y como él lo sabía hacer, pero por desgracia mi memoria no lo recuerda y es a través de otras fuentes como he podido conocerle.

Hace unos días leí que se cumplían 10 años de su fallecimiento y la verdad es que quise profundizar más en lo poco que realmente conocía de este grandísimo deportista, del que casi nada sabía hasta hace uno o dos años. Toda mi "investigación" me llevó a un artículo de El Mundo (http://www.elmundo.es/magazine/2002/140/1022752394.html) en el que se plasmaba el intento que hizo el corredor por recuperarse tras sufrir una fuerte depresión. Lo cierto es que tras leerlo me llené de una tristeza bastante extraña porque el Chava tenía la esperanza de volver a correr y despuntar, de batir a otros héroes a los que sí he visto correr. Sin embargo, el final de la historia fue otro.

Por ello y tras ver varios vídeos, el documental que emitieron en TVE hace un tiempo, leer acerca de sus proezas, de su caida, de sus petardazos... he llegado a la conclusión de que el Chava era un genio capaz de lo mejor y de lo peor. Lo cierto es que la historia del ciclismo le tiene muy presente, el aficionado le quiere y le recuerda en estos años donde se demanda más sensación y menos calculadora. Cosas como esas hacen que aficionados más jóvenes como yo podamos haber sabido que un ciclista como él fue así de grande. Los genios tienen eso, son capaces de reírse de todo, hacerlo fácil y ganarse el corazón de los seguidores a este épico y bello deporte.

Estoy muy seguro de que si le hubiese podido seguir durante sus años de grandeza, lo habría disfrutado mucho. Quizás por eso le tengo tanto aprecio a corredores como Voeckler, que hacen del ciclismo un espectáculo, aunque revienten en el intento.

Por eso las pintadas con el nombre del Chava en los puertos nunca faltan año tras año. Porque los genios tienen eso, que nunca mueren.

Grande Chava! 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Nunca olvides de dónde vienes.

Llevaba tiempo sin escribir en el blog y de hecho pensaba hacerlo en los próximos días para comentar la actualidad futbolística o el fin de la temporada del motor; sin embargo, he estimado más oportuno volver a hablar de algo que es inherente a nosotros: nuestros principios.

Toda historia tiene un principio. No sabemos si tienen un final y da igual si éste es bueno o malo, el caso es que cualquier vivencia siempre cuenta con un comienzo, y esta vez quería enfocarlo así:

Después de estar viviendo cosas importantes en los últimos meses, uno echa la vista atrás y se da cuenta de que ya han pasado momentos que sí, se han quedado atrás, pero forman parte de un camino recorrido del que hay que aprender. De hecho, no soy de los que piensa que hay que olvidar el pasado, más bien hay que tenerlo presente y aprender de él. Ocurre que cuando crecemos, poco a poco dejamos de recordar cosas que en otros tiempos eran importantes para nosotros. Nuestro pasado nos acompaña. Cuando queramos darnos cuenta, la vida habrá pasado tan rápido que nuestro camino será demasiado largo como para recordarlo.

Conserva siempre lo que te ha hecho ser como eres, aprende de ello y sigue tu camino. Aquellos que ascienden demasiado rápido o demasiado alto olvidan de dónde vienen, el resto de los mortales no deberíamos hacer lo mismo.

Nunca olvides de dónde vienes. Nunca olvides quién eres.